Obesidad y Diabetes
En la actualidad no para de aumentar el número de personas con diabetes, enfermedad que afectaba a más de 422 millones de adultos en todo el mundo en 2014, cuatro veces más que en 1980 según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por una glucemia muy elevada debido a la falta o la mala administración de insulina.
Existen principalmente dos tipos de diabetes. La diabetes tipo 1 (o insulinodependiente) es una enfermedad autoinmune que aparece fundamentalmente en niños y adultos jóvenes, relacionada probablemente con factores genéticos o ambientales. La diabetes tipo 2 (o no insulinodependiente), que es la forma más habitual de diabetes (el 90 % de los casos), se manifiesta con más frecuencia en la edad adulta y afecta a personas de 40 años en adelante. Los factores de riesgo son el sobrepeso, la obesidad y la falta de actividad física.
Según la OMS, más de 600 millones de adultos en todo el planeta tenían obesidad en 2014. Esta afección se caracteriza por tener un IMC igual o superior a 30.
Relación entre la obesidad/el sobrepeso y la diabetes
En el caso de las personas obesas, el riesgo de padecer diabetes es tres veces mayor al de las personas que no tienen obesidad. ¿Qué relación podemos establecer entre la obesidad y la diabetes?
Cuanto más elevado es el sobrepeso, más elevada es la cantidad de grasa en el organismo. De forma paralela, se observa un aumento de la glucemia. Efectivamente, la grasa proporciona energía al músculo en detrimento de la glucosa, lo que provoca un aumento de la glucemia. El páncreas secreta insulina en exceso para intentar reducir la elevada cantidad de glucemia, lo que conlleva un estancamiento de este último, que no es capaz de producir suficiente insulina. De este modo, la insulina ya no puede regular la glucemia. Entonces se produce la hiperglucemia y también se desarrolla la diabetes. Por tanto, en el caso de las personas obesas, la diabetes es consecuencia del exceso de peso.
Peligros para el organismo
La obesidad unida a la diabetes puede originar complicaciones peligrosas, en particular, las relacionadas con la obesidad abdominal, que parece ser la más problemática para la salud.
Las complicaciones más comunes son los riesgos cardiovasculares. Cabe señalar que el 80 % de las personas diabéticas fallecen a causa de complicaciones cardiovasculares. En efecto, la alimentación de las personas con sobrepeso, que normalmente es alta en grasas, puede hacer que se cree un depósito de grasa en las arterias; a la larga, estos depósitos se endurecen, se calcifican y forman lo que se conoce como placas de ateromas. Estas placas pueden producir una lesión en la pared arterial y provocar la obstrucción del vaso, que podría romperse, lo cual tendría consecuencias nefastas para el paciente (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular).
Del mismo modo, el sobrepeso y la obesidad causantes de la diabetes pueden ser el origen de la oclusión de las arterias de las extremidades inferiores (arteritis), lo que provoca una pérdida de la sensibilidad nerviosa y la imposibilidad de cicatrizar las heridas en los pies debido a la falta de oxigenación. Por eso, algunos diabéticos corren el riesgo de tener que someterse a una amputación que podría evitarse mediante una mejor prevención y un cuidado especial de los pies.
Asimismo, pueden aparecer también problemas oftalmológicos como cataratas e incluso una pérdida total de visión. Cabe mencionar que la diabetes sigue siendo la primera causa médica de ceguera antes de los 50 años en los países desarrollados.